Es un vacío interior que solo se llena cuando descubro entre línea y línea tu mirada perdida, no sé hacia donde se dirige y solo imagino su destino creyendo en la posibilidad de que sea en mi dirección. Desesperada buscando la respuesta a preguntas imposibles, soluciones a problemas sin salida de emergencia; cada día es más difícil arrancar tus caricias de mi piel grabadas como tatuaje, los recuerdos
incrustados en cada neurona de mi cerebro y los besos sin límite que desbordan de mis labios.
Es una soledad a la que yo elijo aferrarme, de la que si no salgo es porque una parte de mi cree que sufriendo es la mejor manera de recordarte, una parte de mi sabe que sufriendo así es una de las pocas maneras de las cuales puedo sentir que sigo viviendo y sigo acá, con los pies encadenados a una historia que no tiene final, una historia que se me escapa entre los dedos.
Como protagonistas: dos personas las cuales se conocen de pie a cabeza y sin embargo a cada paso se lastiman un poco más.