Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor,
me peleaste sin nada a tu favor.
Con la suavidad con la que se mueve un rumor,
con el paso de un anciano,
con paciencia de artesano,
me salvaste, suavecito.
Suavecito, fuiste casi imperceptible
sin prisas de a poquito
colocaste tu bandera inamovible.
Suavecito, fuiste tan demoledor
pasito con pasito
tu paciencia arrolladora me salvo
suavecito.