Se miraban, no importaba mucho lo que
paso antes y lo que estaba por venir solo podía
imaginarse. El presente jugaba con ellos, los movía de un lado para el otro;
seguía sin importarles. Las consecuencias eran sabidas desde un principio,
y nada importo. Ella y el eran un mundo aparte,
un amor que jugaba a las escondidas esperando poder gritar
¡Piedra libre! y
ser feliz sin importar antes y mucho menos... su después