lunes, 8 de noviembre de 2010

Venís, te quedas, dejo que te quedes. Te escucho, no importa de que me hables, ver como salen las palabras de tu boca y el movimiento de tus labios es algo fascinante. Pasamos un buen rato, casi que volvimos dos años atrás, no nos importo nada, el tiempo pasa sin darnos cuenta tirados en mi cama disfrutando de una siesta. 
Levantarte para que te vallas, robarte un par de besos y ver como te alejas... sigue sin importarme nada. Te mando un mensaje y te agradezco por venir (Si, GRACIAS, tu presencia es felicidad para mi)