El amor verdadero se basa en la fe y no en el temor, no tiene registro de errores ni lleva un archivo de heridas.
El amor verdadero es el primer paso para la reconciliación.
Aquí no existen las imprudencias ni la promiscuidad, eso pertenece a las relaciones kármicas.
(El amor verdadero es justo, y no se limita al plano físico)